martes, 27 de octubre de 2009

Curiosidades: "Sademo, iluminación espiritual y Zen"



Aunque la práctica Zen incluye el estudio de los sūtras y otros textos, el carácter directo e intuitivo de este tipo de tradición budista los sitúa en un segundo plano, ya que no los considera capaces de provocar por sí solos el despertar. En cambio, se anima al discípulo a mantener su atención en el momento presente, confiando en la sabiduría innata de todo ser humano para realizar todo su potencial. El Zen es el dominio de sí mismo. Hay un camino espiritual que pretende conducir a la experiencia máxima del Zen que es la Iluminación (satori). La Iluminación es el instante en el que el hombre tiene una visión auténtica de la realidad y entiende que "todos somos partes de un uno".

Pues bien, hace diez años yo vivía en un estado de ansiedad casi constante, y me deprimía con mucha facilidad. Ahora tengo la sensación de estarme refiriendo a una vida anterior o a la vida de otra persona. En ese tiempo, tras mantener una charla sobre "el despertar espiritual" con mi cuñado a raíz de opinar sobre el significado de "Abre los ojos", la película de Alejandro Amenabar, y viendo mi interés por el tema, éste me recomendó la lectura de un libro "La Voz del silencio" de H.P. Blavatsky. Ese fue mi primer contacto con Buddha y me impactó muchísimo.
Aunque en los años sucesivos mi interés fue mayor por otros temas como el Arte, la Psicología, los Sueños... seguía sintiéndome atraído por este tema. Y aproximadamente siete años después
volví a reencontrarme con el Zen y otras esnseñanzas espirituales gracias a la lectura de un libro "El poder del Ahora" de Eckhart Tolle. Su lectura fue fundamental y me flaseó por completo. Su influencia en el cómic que publicaría en las navidades de 2007, Sademo, fue esencial.

En Sademo hago especial incapié en el camino, en el propio viaje, y cómo el joven busca su lugar en la vida, una abstracta verdad, a través de sus sentimientos. Es un personaje perdido en un mundo que no le gusta, y lo que podría ser una huida hacia delante en ese intento desesperado de buscar por todas direcciones breves momentos de felicidad, acaba desenbocando en la visión de una nueva realidad llena de conciencia que le propone aceptarse y sentir intensamente el momento presente, es decir, ante él se encuentra "el despertar". Como si durante todo el viaje el personaje hubiera estado dormido soñando y finalmente acabara abriendo los ojos. Sin duda, es la búsqueda de la iluminación y su promesa de realización.

Aunque visualmente lo pueda parecer, el cómic no es un cómic de género con una estructura marcada, sino más bien un viaje interior en busca de la identidad. Sé que es dificilmente clasificabre porque en varias librerías vi que mi cómic aparecía en la sección "alternativa", "fantasía", o perdido entre mangas también inclasificables y otras secciones cuyo nombre no recuerdo.

lunes, 19 de octubre de 2009

Curiosidades: "Sademo y Ukiyo-e"


En los días en que gestaba Sademo no pensaba en el Ukiyo-e, pues apenas sabía de su existencia.

Ukiyo-e
"pinturas del mundo flotante", o Estampa Japonesa. Es un género de grabados producidos en Japón entre los siglos XVII y XX, entre los que se encuentran imágenes paisajísticas, del teatro y de los cuartos del placer.

Hoy, asistiendo como oyente a la clase de Arte del extremo oriente impartida por Elena Barlés en la Universidad de Zaragoza,
he aprendido un poco más sobre el Ukiyo-e. A medida que la escuchaba me recordaba sensaciones de cuando dibujaba Sademo. El mundo flotante, el mundo que pasa...¡qué buena descripcción de aquellos días en que trataba de capturar precisamente eso! Pues recuerdo que era un momento en en el que mis ideas y mi pincel fluian como las olas del mar. Y sentía cierta rabia porque quería congelar esos recuerdos y sensaciones que se iban poco a poco para no volver más.

Curiosidades: "Sademo y Buñuel"


Entre otras muchas cosas, Sademo fue para mi un ejercicio de improvisación. En este caso no escribí un guión literario, ni técnico, ni tenía ningún tipo de estructura a la que aferrarme. Yo sólo improvisaba a la par que intentaba contar la historia de un viaje, un viaje de final incierto. Un viaje autobiográfico en clave surrealista donde se mezclaban mi pasado y mis recuerdos difusos. Soñaba dormido y despierto tratando de reconstruir aquello, por lo que la historia acabó pareciéndose mucho a un sueño. Su estética onírica de un blanco cegador impregna la mayor parte del cómic, el ritmo irregular incluso arritmico, y siempre pausado. Como mis recuerdos de entonces. Como muchos de mis sueños.
Además pasaba tardes enteras en la biblioteca de Aragón leyendo sobre el tema de Los Sueños
y su abstracta simbología.
Un buen día un amigo me puso en su casa la película Un perro andaluz de Luis Buñuel. Me pareció muy interesante porque tenía mucho que ver con todo lo que yo estaba absorviendo en esos días. El hecho de que alguien hubiera concebido una idea tan diferente años atrás en lugar de seguir los parámetros comerciales del momento me pareció arriesgado y por lo tanto muy inspirador.
Me sirvió de empujón para creer más en mi proyecto personal en lugar de amoldarme a la estructura convencional del cómic, que no es lo que yo quería con Sademo.

Curiosidades: "Sademo, la poesía y el haiku"


Mientras creaba el cómic Sademo también escribía y leía poesía. Yo quería reflejar la esencia de esa poesía, de la propia poesía (género literario en el que se recurre a las cualidades estéticas del lenguaje, más que a su contenido). Me interesaba mucho captar la amplitud de significado del lenguaje porque sabía que la poesía se verifica en el encuentro con cada lector, que otorga nuevos sentidos al texto escrito.

"De antiguo, la poesía es también considerada por muchos autores una realidad espiritual que está más allá del arte; según esta concepción, la calidad de lo poético trascendería el ámbito de la lengua y del lenguaje. Para el común, la poesía es una forma de expresar emociones, sentimientos, ideas y construcciones de la imaginación."

Mario Benedeti era el poeta que más leía por entonces y que más admiro por lo mucho que me hizo sentir con sus poemas.

Sin embargo, fue tras leer un libro maravilloso, Nieve de Maxence Fermine, cuando sentí que debía reflejar la esencia de la poesía en cómic. En Nieve un joven japonés se ejercita en el arte del Haiku.

"El haiku consiste en un poema breve de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. Esta forma de poesía tradicional japonesa."

La blancura de Nieve y la blancura de los haiku me fascinaron y esto fue muy importante para la concepción visual del cómic.